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Comunicado sobre Sanidad de la manifestación del 13 de diciembre de 2012 en Madrid del Bloque Unitario

COMUNICADO SANIDAD (manifestación en Madrid del Bloque Unitario, 13/12/12)

Estamos asistiendo con no poca preocupación al mensaje que numerosos colectivos y la prensa en general están transmitiendo, desde hace un mes, a la opinión pública: “se privatiza la sanidad madrileña”.

No cabe duda alguna de que el “Plan de Garantías para la Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de Madrid” que pretende aprobar el Gobierno del PP con los Presupuestos para 2013, establece la aplicación de medidas privatizadoras que supondrán, de ser puestas en práctica, una enorme pérdida de calidad asistencial, darán lugar a importantísimas consecuencias laborales y, todo ello, en nombre del sacrosanto imperio del mercado y del enorme volumen de negocio que esconde.

No obstante, tampoco cabe duda alguna de que la privatización de la sanidad madrileña tiene una larga historia. Se inició con gobiernos del PSOE en 1991 privatizando servicios de limpieza, cocinas, lavandería, ambulancias, etc. La privatización dio un gran paso en 2008, año en que se abrieron los 8 primeros hospitales de la mal llamada “colaboración público-privada” –y que en la práctica supuso la introducción del ánimo de lucro y del negocio a costa de nuestra salud-.

Todas las medidas privatizadoras forman parte de un plan perfectamente estructurado puesto en marcha desde hace más de 20 años por las fuerzas políticas conservadoras, socialdemócratas y nacionalistas (Informe Abril Martorell, 1991), con la intención de desmantelar el sistema sanitario, privatizar las partes rentables, empujar a los sectores de población que puedan pagárselo hacia los seguros privados, e ir conformando con los restos un sistema de baja calidad, similar a los antiguos de beneficencia para el resto de población: trabajadores, parados y excluidos; al tiempo que se inicia la exclusión de los más desfavorecidos: los inmigrantes sin papeles.

No podemos ni debemos olvidar que entre las pocas cosas que quedan por aplicar del citado Informe Abril Martorell, está el cobro de copagos por ser atendidos en consultas o urgencias o la exclusión del sistema sanitario de los mayores de 75 años.

En el cumplimiento de la hoja de ruta del capital respecto a la sanidad, existe un hito fundamental del que pende toda posibilidad de privatización: la Ley 15/97 de Nuevas Formas de Gestión que permite que permite que cualquier centro sanitario o socio-sanitario pueda ser gestionado y traspasado a empresas privadas.

Esta Ley, aprobada y mantenida a capa y espada por PP y PSOE, y en base a la cual el PP ha abierto los hospitales de “colaboración público-privada” (o sea, privados) de la Comunidad Valenciana, Murcia, Galicia,  Castilla León y, por supuesto, Madrid; lo mismo que hizo el PSOE, con el apoyo de sus socios de “izquierdas”, en Cataluña y Baleares.

Como complemento a los cambios en la gestión, se han venido imponiendo modificaciones legislativas cuya aplicación ha ido “desregulando” las condiciones laborales del personal sanitario y no sanitario. Nos referimos fundamentalmente al Estatuto Marco del personal al servicio del SNS, aprobado en 2003 (en cuya elaboración participaron, entre otros, sindicatos subvencionados del sector sanitario), que introdujo la figura de los Planes de Reordenación de Recursos Humanos, que permiten, entre otras cosas,  traslados masivos forzosos de personal para vaciar los centros de empleados públicos y poder cedérselos a las empresas privadas (los ambulatorios de Pontones y Quintana, en Madrid, son el ejemplo de ello, además de ser la avanzadilla del “regalo” a dichas empresas de hospitales y centros sanitarios patrimonio de la Seguridad Social).

En este momento, cientos de miles de madrileños (usuarios y trabajadores sanitarios) están plantando cara a la privatización de la gestión sanitaria de los hospitales público-privados, a las externalizaciones de servicios no sanitarios, a la privatización de centros de atención primaria, a las fusiones de servicios clínicos, a la introducción del euro por receta, al desmantelamiento de La Princesa y el Carlos III, al anuncio de miles de despidos, etc.

No obstante, están surgiendo propuestas de lucha genéricas en “defensa de la sanidad pública”, sólo contra los recortes, e incluso  reclamando que los hospitales de modelo público-privado se mantengan como hasta ahora (olvidando las repercusiones que este modelo privado tiene en usuarios y trabajadores); reclamando una “falsa unidad” que pasa por un pacto de silencio que oculte a la población y los trabajadores las causas y los responsables de la privatización y su connivencia con el capital privado; así como quienes han votado, mantenido y/o callado, su herramienta fundamental: la Ley 15/97.

No debemos entrar en este juego que no haría más que repetir la historia. La unidad es sin duda deseable, pero para actuar sobre las causas de la privatización, no sólo sobre los síntomas.

Para defender lo que es nuestro, para impedir que quienes no dispongan de medios económicos sólo tengan derecho a una sanidad de beneficencia, para no volver a los hospitales de hace 40 años, con dos puertas de entrada, una para pacientes privados y otra para el resto de los mortales, hacemos un llamamiento a organizarse en cada barrio, en cada pueblo, en defensa del sistema público de salud. Solo si se articula una alianza entre trabajadores del sistema sanitario y población para poner en marcha un proceso continuado de movilizaciones, podremos frenarlo. Este plan debe incluir la reivindicación de la puesta en marcha de mecanismos de gestión democrática por parte de los propios usuarios y los trabajadores de los centros: nunca más los centros en manos de políticos y empresas.

Pero no nos engañemos, la lucha será larga y dura. No sólo es la sanidad, también peligran la educación, la dependencia, la vivienda, el empleo, los salarios, las pensiones, toda nuestra vida. No es un asunto local, la barbarie recorre Europa. El capital le ha declarado la guerra a los trabajadores. Declaremos nosotros la guerra al capitalismo.

Hoy más que nunca: contra la privatización, derogación de la 15/97 y rescate de los centros privatizados.

Por una Sanidad Pública, Universal, Gratuita, de Calidad y de Gestión Pública con participación decisioria de usuarios y trabajadores.

Por una Sanidad para todos, sin exclusiones.

¡¡¡ Fuera las empresas y el lucro de la sanidad !!!

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