Los colegios de médicos creen que el colapso hospitalario es "absolutamente predecible" y tan solo una cuestión de tiempo (16/09/2020).
El colapso en la Atención Primaria, sin embargo, ya no es una predicción sino una realidad, consideran los profesionales. Los test se retrasan y el tratamiento de otras patologías se deja de lado.
- Solo la "dignidad", el trabajo doble a cambio de nada y la extenuación evitan la peor consecuencia: que ciudadanos que necesitan atención médica, aunque no sea urgente, no la reciban.
- Las UCI por ahora no están llenas, pero las urgencias, los anestesistas y los neumólogos ya trabajan al 100% sin la llegada aún de la gripe.
Desde que comenzó la pandemia, el concepto colapso sanitario se ha vinculado a los hospitales y, más específicamente, a la capacidad de sus Unidades de Cuidados Intensivos. El sistema fracasa, se consideraba, cuando estos espacios, las últimas barreras antes de la muerte, no pueden aceptar más pacientes. Muchos centros de toda España aguantaron. Otros muchos no: en Madrid se vivieron jornadas auténticamente dramáticas. Las UCI, por ahora, no están al máximo de su capacidad, pero los expertos temen que la llegada del otoño y de la gripe estacional las llenarán, de manera "absolutamente predecible". Además, en la segunda ola del covid-19 (un concepto aún en discusión), la presión se ha trasladado con fuerza a la Atención Primaria. Los médicos de familia y los sanitarios de los centros de salud no aguantan más. Aseguran que solo la "dignidad", el trabajo doble a cambio de nada y la extenuación evitan la peor consecuencia: que ciudadanos que necesitan atención médica, aunque no sea urgente, no la reciban. "Todo el mundo que llega a un ambulatorio acaba siendo atendido", afirman, aunque no pueden asegurar que eso vaya a seguir siendo así si la situación con el covid-19 empeora.
Las comunidades que lo están pasando peor en esta supuesta segunda ola, en la actualidad, son la Comunidad de Madrid (con mucha diferencia) y Cataluña, toda vez que Aragón ha logrado pasar lo peor tras ser la primera región fuertemente golpeada tras el desconfinamiento. Andalucía está a la zaga y sus responsables observan con preocupación algunos focos donde ya se admite transmisión comunitaria, como Málaga. Sin embargo, en ninguna de estas autonomías las Unidades de Cuidados Intensivos están colapsadas. Sí fuertemente tensionadas. Según datos difundidos por El País, el hospital Infanta Leonor, del sur de la capital –uno de los epicentros de covid no ya en España, sino en Europa– cuenta con un 50% de pacientes de esta enfermedad en su UCI. En el conjunto de la región, la cifra es del 34,5%, y en el conjunto nacional, la media es del 25%. "El Hospital Infanta Leonor está aplicando su Plan de Elasticidad Asistencial, incrementando los puestos de UCI en función de las necesidades y realizando derivaciones de pacientes a otros centros hospitalarios de forma puntual", explican desde el centro, sin contestar a infoLibre sobre las cifras que manejan actualmente, el umbral a partir del cual se puede considerar insostenible la situación o las previsiones de futuro.
Por ahora no se trata de números inabordables, pero preocupa el ritmo: los hospitales de Madrid han triplicado sus hospitalizados por el impacto de la pandemia en el último mes. Una persona aquejada de covid-19 y que necesita cuidados intensivos no suele salir en pocos días de este ala de los centros, pero los contagios siguen al alza. "Hay tres o cuatro hospitales que están en una situación muy parecida a la primavera en cuanto a ocupación en UCI, situación de los quirófanos o habilitación de camas de UCI fuera de dependencias de cuidados intensivos", explica el presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Miguel Ángel Sánchez. Aún falta para llegar a los momentos dramáticos vividos a finales de marzo y principios de abril, y los profesionales esperan no volver a llegar jamás, pero no es buena ni la situación actual ni la tendencia.
Su homólogo en Cataluña, Josep Maria Puch, explica que el momento actual es estable porque "la infraestructura aguanta", pero que el fin del verano puede desencadenar un nuevo colapso sanitario en los hospitales. "Aquellos servicios más ocupados en covid, como las urgencias, la anestesia o la neumología, se hallan como si estuviéramos en plena oleada de gripe: al 100% de sus posibilidades. Eso nos hace temer un colapso absolutamente predecible cuando llegue la gripe. Vamos a tener problemas serios en invierno", pronostica. En Madrid, la situación es similar en todo lo relativo a la atención hospitalaria más allá del número de camas: los médicos de Emergencias alertaron este martes de que están "al borde de la saturación".
Sin embargo, la "infraestructura" no aguanta en la Atención Primaria de Madrid, especialmente en el sur, ni en Cataluña, ni en Andalucía. En primer lugar, el ideal de prevención, detección y rastreo que diseñó el Ministerio de Sanidad ya no se cumple. En Andalucía, los profesionales denuncian que la necesidad de testar no solo a las personas con síntomas, también a sus contactos estrechos, sumado al aumento de los contagios está produciendo demoras de varios días en las citas, la atención telefónica y la comunicación de los resultados de las pruebas. Pero además, el seguimiento de patologías crónicas, una de las principales misiones de esta rama de la Medicina, se está dejando de lado. Los médicos denuncian que el sistema sanitario de las comunidades más afectadas por el repunte de casos tras el desconfinamiento pretende que los centros de salud hagan mucho más que antes, con una pandemia en ciernes, y prácticamente con los mismos recursos.
¿Estas carencias se pueden considerar colapso? Creen que sí. Es la tormenta perfecta. Los trabajadores de los centros de salud tienen que afrontar un trabajo que les exigió y les exige todo a nivel físico, psíquico y emocional tras la pasada primera ola; muchos están de baja por el propio covid o sin acudir a su puesto de trabajo por ser de un grupo de riesgo; sus compañeros, claro, tienen que cubrir sus ausencias; tienen que ocuparse no solo de diagnosticar los casos de covid-19 en pleno repunte de la pandemia y gestionar la realización de la prueba PCR, también hacen de rastreadores ante la ausencia de efectivos contratados a tal efecto; se han cerrado centros de salud en Madrid por la falta de personal; y todo esto sin abandonar el trabajo habitual, las enfermedades que no son covid y los pacientes crónicos que si bien no son urgentes, necesitan un seguimiento. La situación ya era precaria antes del estallido del nuevo coronavirus, siguió siendo precaria durante el desastre de marzo y abril y durante el verano no se le ha puesto remedio. Y los casos siguen aumentando.
Aun así, explican los colegios de médicos, por ahora todo el que recibe asistencia la recibe. A cambio de colas de horas en los centros de salud, llamadas telefónicas eternas, y la saturación de los profesionales. "Se está cumpliendo con dignidad", dice Sánchez. Citas que antes se hacían presenciales ahora se hacen telefónicas y, en el transcurso de la conversación, el facultativo decide si la dolencia requiere una visita: por lo que, en algunos casos, "están doblando sus horas asistenciales. En ese aspecto, se está cubriendo por el esfuerzo individual de cada uno". Pero la atención, sobre todo a los pacientes crónicos que necesitan seguimiento, no es ni puede ser la misma, dada la falta de recursos. Coincide Puch: "En este momento la Atención Primaria está absolutamente desbordada. Ha sido de manera absolutamente constante y no se ha logrado arreglar en ningún momento".
"Cuando ya estás en un sistema absolutamente estresado, cuando se han vivido seis meses absolutamente estresantes para todos los sanitarios, se exige un esfuerzo más. Y no se puede dar sin más sin que tenga consecuencias", concluye el médico.
¿Y qué han hecho las administraciones para solventar este colapso de la Atención Primaria? Nada o muy poco, consideran los profesionales. En Madrid, la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, prometió este lunes un plan de refuerzo de 80 millones de euros en tres años. El presupuesto anual del Sistema de Salud madrileño es de 8.000 millones de euros. Las medidas no llegan ni al 1% de lo presupuestado. En Cataluña, afirma el presidente de Metges de Catalunya, el Govern "juega con las palabras". Sanidad "habla de refuerzo cuando no hay ningún refuerzo": han anunciado la contratación de 300 médicos a la vez que se pide que la Atención Primaria se encargue también de la asistencia a las residencias de mayores, por lo que el trabajo cotidiano y el relacionado con el covid para otros segmentos de población seguirá igual. En su comunidad autónoma, considera, "del dicho al hecho no hay un trecho: hay una autopista tremenda".