Manifiesto del 15 de Octubre de 2022 (10/10/2022)
Las personas pensionistas, y trabajadoras en activo, venimos sufriendo desde la crisis de 2008 un proceso continuo de pérdida de derechos sociales, libertades, recortes en servicios públicos, salarios y pensiones.
Durante la pandemia se ha demostrado que privatizar, recortar y subcontratar servicios públicos mermó nuestra capacidad de respuesta al COVID. En efecto, los recortes en pensiones públicas y salarios, y las privatizaciones de los servicios públicos (Sanidad, Educación, Transporte, Dependencia: residencias, SAD…) con la falta escandalosa de plantillas, precarizan y empobrecen la vida de la población en un horizonte de exclusión social.
Es una crisis económica, ecológica y social que hunde sus raíces en el desigual reparto de la riqueza en un escenario de guerras por la disputa de la hegemonía económica internacional. Mientras se insiste que no hay recursos para proteger a la gente, se pretende elevar el gasto militar del 1,2 al 2% del presupuesto público.
Sufrimos las consecuencias de una política fiscal y económica que beneficia a las rentas de capital en detrimento de las rentas de trabajo, y facilita el fraude fiscal empresarial.
Las personas más ricas acumulan cada vez más riqueza en detrimento de los recursos destinados a salarios, pensiones, gasto social y a un modelo de desarrollo social y medioambientalmente eficiente. En algunas CCAA están bajando impuestos, como por ejemplo el del patrimonio, mientras las pensiones mínimas y no contributivas son de miseria.
En contra de lo que se publica por los medios de comunicación interesados, las pensiones no aumentan, sino que se reducen y pierden poder adquisitivo. En 2021 se ha producido una pérdida de poder adquisitivo en las pensiones del 3% y en lo que va del año 2022 la subida media de los salarios ha sido del 2,4% y de las pensiones del 2,5%, mientras que el IPC hasta agosto ha subido un 10 ́5%.
Para muestra un botón: sólo en el primer semestre de 2022 las empresas del IBEX 35, y dentro de ellas los oligopolios de la energía y financieros, baten todos los récords de obtención de beneficios alcanzando los 48.868 millones de euros. Ya en 2021 las empresas participadas en la Bolsa española obtuvieron más de 64.000 millones de beneficios. Es decir, que mientras las clases populares y la población trabajadora se empobrecen y pierde sus derechos, las élites se enriquecen de manera obscena.
La causa fundamental del incremento de los precios, no son los salarios ni las pensiones: son quienes, en régimen de monopolio, fijan los precios para mantener e incrementar sus escandalosos beneficios.
La codicia del poder financiero es insaciable en su afán de acaparar los recursos públicos, imponiendo ahora, una ley de Fomento de los Planes de Pensiones de Empresa, con la complicidad del poder político y de algunos sindicatos para apoderarse y privatizar la gestión de las cotizaciones sociales destinadas a las pensiones públicas. Además, amenazan con un nuevo “pacto de rentas”, como mecanismo de empobrecimiento de la población para salvaguardar los márgenes de beneficios del capital especulativo.
Todas las personas sufrimos las consecuencias de estas políticas públicas, pero denunciamos expresamente la situación de las mujeres trabajadoras y pensionistas, que siguen percibiendo las pensiones más bajas, algunas de ellas en el umbral de la pobreza. Igualmente, la mujer trabajadora de hoy sigue sufriendo sueldos y cotizaciones más bajas que desembocarán en pensiones mermadas. Los contratos temporales a tiempo parcial, las carreras laborales cortas e insuficientes, los empleos infravalorados, la invisibilización de los trabajos de cuidados, la economía sumergida, las actividades con cotizaciones mínimas, la falta de promoción, así como el techo de cristal, la necesidad de conciliación de la vida familiar, las reducciones de jornadas para cuidados, las excedencias para la ayuda de dependientes tienen como protagonista a la mujer.
Para erradicar la brecha de género en salarios y pensiones hay que derogar las reformas laborales de la precariedad, eliminar las discriminaciones profesionales en el ámbito laboral, referenciar la pensión mínima a un SMI del 60% del salario medio y adoptar medidas eficaces de reparto del empleo y el trabajo.
Este otoño la batalla por la distribución justa de la riqueza y la equidad de género será crucial y lo será especialmente en la defensa de los salarios y pensiones. Mientras hablan de pacto de rentas se está produciendo un ingente trasvase de rentas de los bolsillos de la mayoría trabajadora a los bolsillos de los oligopolios.
Por todo ello, el 15 de Octubre de 2022, las plataformas y movimientos de pensionistas de los diferentes Pueblos y Comunidades del Estado abajo firmantes nos movilizamos en Madrid y escenificaremos la entrega de los centenares de miles de firmas recogidas por la revalorización de las pensiones en función del incremento del IPC acumulado anual, por una Pensión Mínima del 60% del salario medio y el rechazo a la privatización del Sistema Público de Pensiones (SPP).
También exigimos la realización de la auditoría de las cuentas de la Seguridad Social aprobada en la Ley 21/2021, de 28 de diciembre, que todavía no se ha realizado cumplidos los seis meses de plazo establecido, incumpliendo la propia Ley.
Este es el primer paso de la movilización general que realizaremos en Noviembre en los Pueblos y Comunidades del Estado. Seguiremos en la calle hasta revertir las contrarreformas que nos están imponiendo, acabar con la brecha de género en salarios y pensiones, eliminar la penalización a las pensiones anticipadas con largas carreras de cotización, recuperar los derechos perdidos en las sucesivas reformas laborales y de pensiones, generar un reparto equitativo de la riqueza y mejorar y garantizar servicios públicos y comunitarios universales y de calidad.
Mostramos nuestro reconocimiento a las trabajadoras y trabajadores en activo y a cuantas organizaciones socia les y sindicales que tomarán parte en esta manifestación y con las que deseamos compartir las movilizaciones del próximo mes de Noviembre.
Todas, personas y organizaciones, somos necesarias, porque sólo juntas esta batalla la vamos a ganar.
¡¡El 15 de octubre todos en Madrid !!