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Contra el coronavirus y contra el resto parásitos. Bloque Combativo y de Clase (18/03/2020)

El coronavirus está dejando una situación desoladora. Las noticias sobre ERTEs, EREs, despidos encubiertos, exposición al virus en los centros de trabajo y consecuencias de las privatizaciones y desmantelamientos de los servicios públicos se han disparado.

Pero más allá de las especulaciones sobre el COVID-19, lo que no cabe duda es que este acontecimiento ha acelerado la crisis económica a nivel mundial que a inicios de año empezaba a mostrar sus patas.

El virus les ha venido genial como tapadera para paralizarnos y ganar tiempo con tal de paliar su crisis a través de la incorporación de peores condiciones sociolaborales.

El problema es tan grave, que el cierre de empresas se ha ido extendiendo como la pólvora por todos los lugares del país. La precariedad instaurada desde hace décadas ha facilitado los despidos con un coste bajísimo para los empresarios, con promesas vacías de reincorporación y con artimañas tan rastreras como las de acusar a las plantillas que tenían de absentismo laboral cuando días antes les recomendaban quedarse en su casa. Cabe señalar que gran parte de estas medidas se han hecho con la complicidad de los sindicatos mayoritarios, demostrando una vez más su servidumbre hacia la patronal y al gobierno.

La pérdida del empleo en estas condiciones supone la desaparición de todo ingreso para personas y familias, que apenas lograban sobrevivir. Han creado el caldo de cultivo idóneo para que dentro de poco tiempo los barrios obreros sean presas de la desesperación, la angustia y la desolación.

Mientras, se declara un Estado de Alarma que hace caso omiso al aseguramiento de las condiciones de vida de la población y escarba aún más en medidas represivas futuras. El Real Decreto que se ha publicado no nombra en ningún momento el incremento de recursos y personal sanitario mermados durante estas dos décadas, tampoco se publican medidas sociales y laborales, urgentes e imprescindibles, que detengan la sangría de despidos efectuados y aseguren una moratoria total de pagos de alquileres e hipotecas.

Otra cuestión a tratar es el pago de la deuda pública, que se sigue priorizando por delante del bienestar de las personas. En un Estado de Alarma, este Gobierno podría romper con el techo de déficit, pero están más obcecados en cumplir lo más pronto posible con las exigencias de la Unión Europea que en echar una mano a la ciudadanía. Exigimos que se active el artículo 11.3 de la Ley Orgánica 2/2012, de Estabilidad Presupuestaria, que precisamente permite al Gobierno interrumpir el pago de la deuda y el cumplimiento de los objetivos de déficit en situaciones de emergencia como la que vivimos actualmente. Al igual que les ha pasado a nuestros colegas italianos, no sería raro que dentro de unos días seamos abandonados por esa "humanitaria" Unión Europea.

Es el momento de plantear que los recursos de la sociedad deben estar al servicio de la población, mucho más en estos momentos.

Debemos plantear como medidas a adoptar inmediatamente las siguientes:

1. En el ámbito sanitario:

- Obtención de la financiación necesaria, mediante la emisión de deuda u otros mecanismos, para hacer las inversiones necesarias y urgentes en la sanidad pública, incorporación real de la sanidad privada a la red pública y planificación centralizada de ambas.

- Contratación del personal necesario para abrir de forma inmediata todas las camas cerradas desde 2010 y facilitar el pleno funcionamiento de los centros sanitarios de atención primaria y especializada las 24 horas.

2. Poner urgentemente a disposición de todas las personas que lo necesiten los alimentos suficientes y productos higiénicos para garantizar una alimentación y desinfección adecuadas, empezando por los niños y niñas que se han quedado sin comedor escolar.

3. Garantizar por parte del Estado permisos adicionales retribuidos y plena seguridad laboral a trabajadoras y trabajadores enfermos, que deban dejar de trabajar por medidas profilácticas o que deban atender a niños o adultos dependientes. Paralización retribuida de las actividades o puesta en marcha de mecanismos de teletrabajo en las actividades productivas no esenciales.

4. Paralización de los despidos y, para los ya producidos, derecho inmediato a percibir la prestación por desempleo y a que la que ahora se cobre no se entienda consumida tras la crisis sanitaria, volviendo a poner el "contador a cero". Prohibición de EREs y ERTEs en grandes empresas durante el tiempo de vigencia del Estado de Alarma. Pleno respeto a las medidas de prevención de riesgos laborales y a las indicaciones de la comunidad sanitaria, asociadas a la actual pandemia, en los centros de trabajo, y encarcelamiento inmediato de los responsables de su incumplimiento tras la exigencia realizada por las organizaciones sindicales.

5. Prohibición y persecución de prácticas laborales abusivas, como el consumo obligatorio de permisos vacacionales.

6. Moratoria total del pago de hipotecas y alquileres. Detención de todos los desahucios por impago de hipoteca o de alquiler e incautación a los bancos de las viviendas necesarias para asegurar a todas las personas ese derecho, por razones de emergencia de Salud Pública. Porque, ¿cómo se ejecutan las medidas profilácticas cuando no se tiene casa?

7. Anular todo corte de luz, de gas o de agua por impago.

8. Renta básica de solidaridad suficiente para todas las personas en situación de necesidad y vulnerabilidad.

Por eso, hoy el sindicalismo, las organizaciones y asociaciones combativas debemos estar a la altura de las circunstancias. Hoy más que nunca debemos estar unidos y luchar conjuntamente por la vida de las y los trabajadores. El apoyo mutuo, la solidaridad entre vecinas y vecinos en nuestros barrios, el intercambio de información y difusión de material para prevenir los riesgos de las enfermedades, la resolución de dudas laborales y la puesta en marcha de mecanismos de organización futura son claves para plantar batalla a aquellos que quieren salvarse una vez más a costa de nuestra ruina.

¿Vencer al virus? SÍ. ¿Vencer a los parásitos que nos oprimen y explotan? TAMBIÉN.

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