El Reino Unido permite diagnosticar dolencias comunes a las farmacias (11/05/2023).

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La medida busca reducir la presión asistencial en la atención primaria.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, incluyó entre las promesas que definirían su mandato acabar con las listas de espera en la sanidad pública y ha decidido echar mano de las farmacias para cumplir su compromiso.

Con un presupuesto muy restringido y una inflación superior al 10%, Downing Street ha optado por soluciones imaginativas en lugar de aumentar la contratación de personal sanitario.

El Gobierno conservador presentó el lunes un plan de Atención Primaria que pretende aliviar la presión sobre esa puerta de entrada al Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés), que acumula millones de consultas inatendidas.

Con el nuevo plan, las farmacias británicas podrán diagnosticar y recetar medicamentos para las siete dolencias comunes causantes del embotellamiento; garganta inflamada, sinusitis, impétigo (inflamación e infección de la piel por acumulación de pus en vesículas aisladas), herpes zoster, picaduras de insectos o infecciones urinarias.

Los pacientes podrán obtener además, sin prescripción previa, la medición de su tensión arterial o solicitar píldoras anticonceptivas.

El servicio de fisioterapia, la consulta al podólogo, o los test auditivos podrán también realizarse sin que el paciente deba pasar por la consulta del médico de familia.

Todas estas medidas se incorporan a un plan que pretende además agilizar, con nuevas aplicaciones en la Red y ayudas a los centros para actualizar su tecnología, un sistema de citas anticuado y poco eficaz. Con el sistema actual, los pacientes debía lanzarse a la aventura de llamar a las ocho de la mañana -solo a partir de esa hora y por un espacio limitado de tiempo- a su centro de salud para solicitar una consulta.

Un centro público británico que atienda en torno a 10.000`pacientes podía recibir a esa primera hora hasta 100 llamadas. Algunos centros abrían una segunda ventana a las dos de la tarde, para los casos que necesitaran ser atendidos en el mismo día, pero siempre muy limitado. La solución alternativa pasaba por acudir a las urgencias hospitalarias.

El Gobierno ha anunciado además que destinará 740 millones de euros en los próximos dos años para reformar la atención primaria en situación de grave crisis.

El Ejecutivo británico promete reducir con este plan hasta en 10 millones -30.000 diarias- las consultas de atención primaria, que suman hasta 340 millones cada año, según los datos del Ministerio de Sanidad. Solo entre 2021 y 2022 han quedado pendientes de ser atendidas hasta 15 millones de peticiones, y  en algunos casos la espera hasta obtener una cita presencial era de 24 días.

El Real Colegio de Farmacia de Inglaterra ha celebrado la noticia. "Los planea anunciados suponen un cambio radical para los pacientes y facilitarán un mejor acceso a la atención sanitaria, ayudarán a aliviar la presión de otros departamentos del NHS y darán  a los ciudadanos los cuidados que necesitan", dijo su presidenta, Thorrun Govind.

Sin embargo, han surgido críticas entre algunos expertos que señalan que no todas las farmacias podrán ofrecer los mismos servicios, o la misma calidad de atención, y existe el riesgo de que algunos pacientes no sean capaces de evaluar o explicar la gravedad real de su dolencia. "Acabarán rebotando de un sitio a otro hasta volver de nuevo a su centro de salud", denuncio Beccy Baird, analista del centro de estudios King's Fund.

Enlace relacionado ElPaís.com 09/05/2023.