(2019-03-05) La Cámara de Cuentas critica la alta temporalidad en la sanidad pública madrileña.

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El organismo fiscalizador denuncia las trampas del Gobierno regional para disimular el aumento de las listas de espera quirúrgicas de 2011 a 2015.

La Cámara de Cuentas ha revisado el gasto sanitario de la Comunidad de Madrid de 2011 a 2015 y en sus conclusiones critica la alta temporalidad del personal sanitario, que en 2014 alcanzó el 35% de las contrataciones, y las trampas de la Consejería de Sanidad para disimular el aumento de las listas de espera quirúrgicas. El organismo fiscalizador afea al Gobierno regional, gobernado primero por Esperanza Aguirre y luego por Ignacio González (PP), que apostara por construir hospitales en régimen de concesión sin aportar ningún estudio de que esa fórmula de gestión sea más eficiente. Además, recalca que el índice de satisfacción de los pacientes bajó casi cuatro puntos en ese periodo.

“En los centros hospitalarios se realiza un elevado volumen de contratos temporales de personal en todas las categorías, con la excepción de los directivos. Sólo en el personal eventual, que no ocupa plaza de plantilla, la contratación de facultativos alcanzó, en 2014, una cifra de 2.615, que representa sobre la plantilla efectiva un 35%, seguido del personal sanitario no facultativo que en dicho ejercicio representó el 28%”, señala el documento. “En el periodo 2011-2015, se observa una disminución de los efectivos en todos los tipos: el personal facultativo disminuye un 4%, el personal sanitario no facultativo disminuye el 5% y el personal no sanitario sufre una reducción importante de un 16%”, continúa el documento.

El Ejecutivo de Esperanza Aguirre apostó por construir siete hospitales públicos en régimen de concesión: Infanta Leonor, Infanta Sofía, Infanta Cristina, Del Tajo, Del Sureste, Del Henares y Puerta de Hierro. Más adelante se sumó el Hospital Universitario de Torrejón. La Cámara de Cuentas es crítica con este modelo de gestión: “No se han facilitado los informes o estudios elaborados en los que se evaluaran las distintas opciones de gestión en términos de eficiencia, eficacia y economía, que pudieran haber servido de base para la toma de decisiones sobre la conveniencia de desarrollar e implantar las nuevas formas de gestión hospitalaria”. Por ello, “se desconoce en base a qué criterios se tomaron estas decisiones, ni el supuesto ahorro o mejora en la prestación de la asistencia sanitaria que se habría podido obtener”. 

El análisis también constata que en los seis hospitales públicos más grandes de la región (La Paz, Ramón y Cajal, Gregorio Marañón, Puerta de Hierro, Doce de Octubre y Clínico San Carlos) las camas se redujeron un 8% en ese periodo. “El ratio de camas en funcionamiento por mil habitantes desciende gradualmente de 2 a un 1,94, a pesar de la apertura de nuevos hospitales. Disminuyen también los valores de los ratios relativos a facultativos y enfermeros por mil habitantes, que pasan de 1,68 y 2,63 en 2011 a 1,57 y 2,47 en 2015, respectivamente. El ratio relativo al gasto por tarjeta sanitaria individual, en cambio, se incrementa en el periodo, pasando de 1.088 euros a 1.174 euros”.

Listas de espera

El informe no deja pasar las trampas que llevó a cabo el Ejecutivo madrileño para reducir las listas de espera quirúrgicas. Según la Cámara, “los datos referidos a la lista de espera quirúrgica confeccionados por la Comunidad” no cumplen con los requisitos que impone el Estado y “se ofrecen de tal manera que no son comparables con el resto del Sistema Nacional de Salud, de modo que los tiempos de espera reflejados son menores a la espera real que los pacientes han soportado”.

Así, la información de la Consejería de Sanidad no ofrece información de los pacientes en espera por tramos (hasta 90 días, entre 91 y 180, entre 181 y 365 y más de 365 días de espera), como ocurre en el resto del país. “La información facilitada, además contiene datos contradictorios: a pesar de no existir ningún paciente en la lista estructural con espera superior a 30 días, el 7,6%, 6,6%, 8,2% y 7,5% de las salidas de la lista estructural de 2011, 2012, 2013 y 2014, respectivamente, corresponde a pacientes que habían esperado más de 30 días”, dice el informe. Las cifras no pueden ocultar que “tanto los pacientes como los tiempos medios que permanecen en lista de espera se han ido incrementando en este periodo”.

En cuanto a las listas de espera para realizarse pruebas diagnósticas, aumentaron casi un 31% en esos cuatro años, pasando de 549.164 personas en 2011 a 719.297 en 2014. Quizá por ello, el índice de satisfacción global que manifestaron los usuarios del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) bajó casi cuatro puntos en ese periodo, del 92,2% de satisfacción al 88,92.

La Cámara destaca que en los cuatro ejercicios “se produce un déficit en la consignación presupuestaria de los créditos autorizados para hacer frente a la actividad desarrollada por el Sermas” por lo que el presupuesto de cada hospital “resulta de imposible cumplimiento”. Además, recalca que las inversiones en equipamiento de alta tecnología para hospitales, en el ejercicio 2013, se redujeron un 97% con respecto a las realizadas en 2011 y 2012, mientras que los créditos destinados a construcción o mejora de edificios tuvieron una “reducción drástica, disminuyendo prácticamente el 100% los destinados a reposición y mejora y un 40% los de nueva inversión”. Esto derivó “en el envejecimiento de las instalaciones y la necesidad de acometer nuevos planes de renovación”.

Por último, el documento señala que el Hospital Puerta de Hierro y los otros seis construidos en régimen de concesión “han tenido un consumo [de electricidad] más elevado en los dos primeros ejercicios de funcionamiento, con una mayor eficiencia energética en los años sucesivos, lo que les permite obtener la bonificación por reducción de consumos”. Es decir, sugiere que gastaron más electricidad de la necesaria en sus inicios para luego gastar únicamente la necesaria, lo que les da derecho a recibir una cuantía por eficiencia energética.

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