Tal como exige la Troika, el gasto sanitario público español continua avanzando hacia los últimos puestos de la U.E.

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En 2012 el gobierno pactó con la Comisión Europea un recorte de 15.000 millones € del gasto sanitario público (GSP) en 3 años, lo que equivalía al gasto anual de unos 5 millones de habitantes, lo que explica los despidos de personal en el sistema sanitario, el incremento de la precariedad laboral, la mayor carga asistencial y el aumento de las listas de espera. 

Ahora, el gobierno presenta un nuevo ajuste a Bruselas que implica un recorte de siete décimas del GSP hasta situarlo en el 5,3 % del PIB, lo que situaría a España a la cola del GSP de los países de la OCDE. Este ajuste se recoge en el Programa de Estabilidad 2015-2018, por el que el gobierno se compromete a que sólo entre este año y 2016, se ejecutará un nuevo recorte de gasto sanitario y farmacéutico de 1.000 millones de €.

Por otra parte en el Programa Nacional de Reformas 2015  se recogen otros 500 millones de € de ahorro anual en recursos humanos sanitarios a través de medidas como la implantación de las “unidades de gestión clínica” y otros 700 millones de € anuales en “ordenación de la cartera básica” de servicios sanitarios, es decir, la reducción de prestaciones sanitarias a los pacientes. Al mismo tiempo se establece la “obligatoriedad de suministro de información de carácter mensual por parte de las CCAA y su publicación a través de la Central de Información”, para vigilar que no se desvíen del programa de recortes.

Todas estas medidas, aplicadas mas radicalmente a los países del sur de Europa, se derivan de la pertenencia a la UE y al euro y son resultado de  la ruptura del pacto capital-clases medias por el que se crearon los sistemas de protección social en el siglo pasado,  sistemas que ya el capitalismo no necesita mantener. 

Es iluso pensar que es un problema de gestión y que meros cambios de partidos en el gobierno permitirán salvar los sistemas sanitarios de cobertura universal, como se ha demostrado en el caso de Grecia. Sin movilización y autoorganización de la población, tomando en sus manos lo que es suyo, no habrá posibilidad de garantizar sanidad de calidad para todos.

Junio 2015.

Enlace CAS Madrid.

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